Vacunas
Antecedentes históricos
El primer intento científico de vacunación contra la viruela lo realizó, en 1796, Edward Jenner(cirujano inglés asentado en Berkeley, en el condado de Gloucestershire), a quien puede considerarse el “padre de la vacunología”, juntamente con Pasteur. En mayo de ese año, Jenner observó que la granjera Sarah Nelmes tenía en sus dedos lesiones frescas de “variola vaccinae”. Se trataba de una enfermedad producida en el ganado vacuno por un Orthopoxvirus similar al de la viruela y que contagiaba a las personas durante el ordeño. En aquella época esta enfermedad tenía una amplia difusión y causaba periódicamente brotes epidémicos de alta tasa de mortalidad. El 14 de mayo de 1796, Jenner inoculó el material de estas lesiones al niño de 8 años, James Phipps, y dos meses más tarde, se autoinoculó él mismo, quedando ambos protegidos frente a la enfermedad. Del nombre de la enfermedad inoculada deriva el término vacunación.
Conceptos básicos de vacunación
La inmunización es una técnica de medicina preventiva cuyo objetivo consiste en procurar resistencia inmune frente a un organismo infeccioso, activando de forma artificial una respuesta inmune adaptativa. Con este fin, se inocula al individuo una forma del organismo patógeno que no tiene capacidad de producir la enfermedad, pero sí la de inducir la formación de anticuerpos. Este proceso se denomina vacunación, debido a que la primera técnica de inmunización consistió en la administración del virus de la vacuna para lograr la inmunidad frente a la viruela. Las vacunas son la forma más eficaz de protección frente a los virus y otros organismos relacionados contra los que los antibióticos no son eficaces. En los países occidentales se administran ciertas vacunas de acuerdo a un calendario oficial de vacunación, Chile no es una excepción.
Bases inmunológicas de las vacunas
La vacunación consiste en la inducción y producción de una respuesta inmunitaria específica protectora (anticuerpos y/o inmunidad mediada por células) por parte de un individuo sano. La vacuna que puede estar constituida por un microorganismo, una parte de él, o un producto derivado del mismo (antígenos inmunizantes), produce una respuesta similar a la de la infección natural, pero sin peligro para el vacunado. Se basa en la respuesta del sistema inmunitario a cualquier elemento extraño (antígeno) y en la memoria inmunológica.