La clonación humana con fines terapéuticos
En el año 1998 dos grupos de investigadores en Estados Unidos publicaron la obtención de células madre embrionarias a partir de embriones humanos que procedían de fecundación in vitro. Esos embriones estaban en la fase llamada de blastocisto. Los blastocistos son embriones de 5-6 días y que tienen un aspecto esférico con una cavidad interna. Se diferencian en ellos lo que es propiamente el embrión (un grupo de células llamado masa celular interna), de las células que darán lugar a la placenta (llamadas trofoblasto). Los logros de estos grupos fueron de tipo técnico: tomaron masas celulares internas de varios blastocistos (destruyéndolos en el proceso) y las pusieron en cultivo. Consiguieron por un lado que esas células, llamadas células madre embrionarias, viviesen y se dividieran activamente en cultivo; y por otro, lograron una especialización dirigida de esas células: tratándolas con diferentes factores de crecimiento consiguieron que dieran lugar a células de piel (ectodermo), pancreáticas (endodermo) o musculares cardíacas (mesodermo) Figura 19.
Entonces ¿en qué consiste la clonación humana con fines terapéuticos? consistiría en combinar la técnica de clonación con la de obtención de células madre embrionarias, para curar a individuos que tuviesen una enfermedad que se pudiera resolver mediante trasplante celular. Esto se haría de la siguiente manera:
- Mediante la técnica empleada en Dolly se generaría un embrión a partir de células diferenciadas de la persona que se quiere curar.
- El embrión obtenido por clonación se destruiría a los 6 días para obtener a partir de él células madre embrionarias.
- Esas células se especializarían hacia el tipo celular necesario para curar a la persona en cuestión.
- Se implantarían esas células para curar a la persona.
Al proceder de un embrión idéntico a la persona de partida, las células no provocarían rechazo al ser implantadas y además la posibilidad de mantener congelados los cultivos celulares proporcionaría una fuente casi ilimitada de tejidos. Hay que indicar que desde el punto de vista técnico este proceso es aún una mera posibilidad y haría falta mucha investigación para ponerlo en marcha: no se han conseguido todavía tipos celulares bien definidos a partir de células madre embrionarias y hay pocas evidencias de que de hecho puedan curar enfermedades (Figura 20).
Existen otras alternativas a la clonación humana con fines terapéuticos que no presentan objeciones éticas tan serias, como la anterior. La más interesante es la posibilidad de conseguir células madre de origen no embrionario (Figura 21). En el cuerpo humano existen células madre de adulto que son precursoras de otros tipos celulares: células menos especializadas que podrían dar lugar a varios tipos de células. En los últimos años se ha descubierto que estas células son mucho más versátiles de lo que se pensaba. Si se ponen en cultivo y se tratan con diversos factores puede hacerse que se diferencien hacia tipos celulares muy diferentes de aquellos a los que habitualmente dan lugar en el cuerpo. Por ejemplo, a partir de células de médula ósea se han conseguido células de músculo, hueso, células nerviosas, hepatocitos, etc. Las células madre se encuentran en el adulto en la médula ósea, el sistema nervioso y órganos diversos. También pueden obtenerse células madre pluripotenciales del cordón umbilical y de la placenta del recién nacido.
Otras posibilidades serían la modificación genética de células madre procedentes de otras personas para que no provocaran rechazo, o la existencia de bancos de células a los que se pudiera acudir para buscar células compatibles con la persona que las va a recibir.En definitiva: hay muchas vías terapéuticas que van haciéndose posibles por el desarrollo de la ciencia y que no vulneran el respeto debido a la vida humana en todas las fases de su desarrollo. Es deber de todos defender la vida humana y fomentar que se canalicen los esfuerzos de la investigación hacia lo que son verdaderos avances.