Fases del ciclo cardíaco
Dado que los latidos cardíacos se suceden de forma automática durante toda la vida, podemos conocer gran parte de la fisiología cardíaca comprendiendo en qué consiste el ciclo cardíaco, es decir, todos los acontecimientos asociados a un latido. En cada ciclo cardíaco se producen cambios de presión cuando las aurículas y los ventrículos se contraen y se relajan de forma sucesiva y la sangre fluye desde áreas de mayor presión sanguínea a áreas de menor presión. Cuando una cámara del corazón se contrae, la presión del líquido en su interior aumenta. Sin embargo, cada ventrículo expulsa el mismo volumen de sangre por latido, y el mismo patrón es aplicable para las cámaras de bombeo.
En un ciclo cardíaco normal, las dos aurículas se contraen mientras que los dos ventrículos se relajan, a si mismo, mientras se contraen los dos ventrículos, las dos aurículas se relajan. El término sístole, hace referencia a la fase de contracción, y diástole a la fase de relajación. Un ciclo cardíaco consta de una sístole y una diástole de ambas aurículas y una sístole y una diástole de ambos ventrículos.
Fases del ciclo cardíaco
El ciclo cardíaco de un adulto en reposo consta de tres fases principales (Figura 2).
1. Período de relajación
Al final de un latido, cuando los ventrículos comienzan a relajarse, las cuatro cámaras están en diástole. Esto es el inicio de la relajación o período inactivo. La repolarización de las fibras musculares ventriculares inicia la relajación. A medida que se relajan los ventrículos la presión en el interior de las cámaras disminuye, y la sangre comienza a entrar desde la arteria pulmonar y la aorta en dirección retrógrada hacia los ventrículos. Sin embargo, a medida que la sangre se acumula en las válvulas semilunares estas se cierran. Con el cierre de las válvulas semilunares se produce un breve intervalo en el que el volumen ventricular de sangre no varía debido a que las válvulas semilunares y aurículo-ventriculares están cerradas. Este período recibe el nombre de relajación isovolumétrica. A medida que los ventrículos continúan relajándose el espacio en su interior se expande, y la presión desciende rápidamente. Cuando la presión ventricular cae por debajo de la presión auricular, las válvulas aurículo-ventriculares se abren y se inicia el llenado ventricular.
2. Llenado ventricular
La mayor parte del llenado ventricular tiene lugar justo después de que se abren las válvulas aurículo-ventriculares. La sangre que había estado acumulándose en las aurículas mientras los ventrículos se contraían ahora fluye al interior de los ventrículos. La actividad del nódulo Sinoauricular origina la despolarización auricular, y marca el final del período inactivo. La sístole auricular tiene lugar en el último tercio del período de llenado ventricular y es responsable de los últimos 30 ml de sangre que entran en los ventrículos. Al final de la diástole ventricular existen aproximadamente 130 ml de sangre en cada ventrículo. Dado que la sístole ventricular contribuye sólo con el 20 al 30% del volumen total de sangre de los ventrículos, la contracción auricular no es absolutamente necesaria para conseguir un flujo sanguíneo suficiente a frecuencias cardíacas normales. Durante el período de llenado ventricular las válvulas aurículo-ventriculares están abiertas y las semilunares cerradas.
3. Sístole (contracción) ventricular
Hacia el final de la sístole auricular, el impulso procedente del nódulo sinoauricular a través del nódulo aurículoventricular, causa la despolarización de éstos. Este hecho se representa en el ECG por el complejo QRS. A continuación comienza la contracción ventricular y la sangre es impulsada hacia arriba contra las válvulas aurículo-ventriculares cerrándolas. Durante aproximadamente 0,05 seg. las cuatro válvulas están cerradas de nuevo. Este período recibe el nombre de contracción isovolumétrica. Durante este tiempo, las fibras musculares cardíacas están en contracción y ejerciendo fuerza, pero no se están acortando ya que es muy difícil comprimir cualquier líquido, incluida la sangre. De esta forma, la contracción muscular es isométrica (igual longitud). Además, dado que no existe vía de escape para la sangre, el volumen ventricular continúa siendo el mismo (isovolumétrico).
A medida que continúa la contracción ventricular, la presión en el interior de las cámaras aumenta rápidamente. Cuando la presión en el ventrículo izquierdo supera la presión aórtica (aproximadamente 80 mm Hg) y la presión en el ventrículo derecho se eleva por encima de la presión en la arteria pulmonar (15 a 20 mm Hg), se abren las dos válvulas semilunares y comienza la eyección de sangre del corazón, hasta que los ventrículos comienzan a relajarse. A continuación, las válvulas semilunares se cierran y se inicia otro período de relajación. El volumen de sangre que permanece en el corazón después de la sístole es de aproximadamente 60 ml.
Como se mencionó anteriormente, las diferentes presiones desarrolladas por los dos ventrículos son un reflejo de los diferentes grosores de sus paredes. Durante la contracción la presión en el ventrículo izquierdo se eleva hasta 120 mm Hg, mientras que la presión en el ventrículo derecho asciende hasta 30 mm Hg. En reposo el volumen sistólico, es decir, el volumen eyectado por cada ventrículo en cada latido, es de unos 70 ml. Esta cantidad es aproximadamente la mitad del volumen total del ventrículo al final de la diástole; durante la eyección el volumen ventricular desciende desde unos 130 ml a 60 ml (Figura 2).