Gasto Cardíaco
En cada latido, el corazón eyecta un determinado volumen de sangre. El volumen total de sangre bombeada por minuto se llama gasto cardíaco. Éste se relaciona con el volumen de sangre que el corazón es capaz de movilizar, por lo tanto, con la cantidad de energía química necesaria para realizar ese trabajo y con el consumo de oxígeno necesario para disponer de esa energía química. Un cambio del gasto cardíaco puede deberse a cambios de la frecuencia del latido, del volumen de eyección o a ambos frente a variaciones en las necesidades orgánicas de aporte sanguíneo a los tejidos; como por ejemplo, durante el ejercicio, por la acción nerviosa u hormonal.
Gasto Cardíaco
El gasto cardíaco (GC) es la cantidad de sangre expulsada por el ventrículo izquierdo (o el ventrículo derecho) en la aorta (o en el tronco pulmonar)
GC = volumen sistólico x latidos por minuto.
El volumen sistólico (VS) es la cantidad de sangre expulsada por un ventrículo durante cada sístole.
La reserva cardíaca es la relación existente entre el gasto cardíaco máximo que puede conseguir una persona y el gasto cardíaco obtenido en reposo.
El volumen sistólico está relacionado con la precarga (estiramiento del corazón antes de que se contraiga), la contractilidad (fuerza de contracción) y la poscarga (presión que debe superarse antes de que pueda iniciarse la eyección).
Según la ley de Frank-Starling del corazón, una precarga (estiramiento) mayor sobre las fibras musculares justo antes de que se contraigan, aumenta la fuerza de contracción.
El control nervioso del aparato cardiovascular procede del centro cardiovascular del bulbo raquídeo.
Los impulsos simpáticos aumentan la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción; los impulsos parasimpáticos disminuyen la frecuencia cardíaca.
La frecuencia cardíaca está influida por hormonas (adrenalina, noradrenalina, T3 y T4) por iones (Na+, K+, Ca2+), la edad, el sexo, el estado físico y la temperatura.